jueves, 24 de mayo de 2012

¿Qué colegio elijo? Estoy preocupado/a...


domingo, 19 de febrero de 2012


Sobre la elección de centro. Entrevista en Málaga hoy (19-02-2012)


"La elección tiene mucho que ver con las ansias de agrupar al niño con sus iguales"

El pedagogo Miguel Sola considera que "estamos viviendo un momento de excesiva preocupación" a la hora de decantarse por un centro educativo y apuesta por confiar en el colegio público más cercano.
CRISTINA FERNÁNDEZ | ACTUALIZADO 19.02.2012 - 08:21
 -¿Qué importancia juega la elección del centro escolar para un niño de 3 años?


-Es importante, desde luego, lo que pasa es que estamos viviendo un momento de excesiva preocupación. Cuanto mayor es la capacidad de la familia de educar a sus hijos, menos importancia tiene la elección de centro. Es una paradoja aparente, porque quienes más se preocupan en elegir colegios son los que menos necesitarían hacerlo.



-Estamos entonces demasiado preocupados...



-Sí, y en general la escuela pública es más que solvente, tiene magníficos profesionales y puede afrontar la educación de los ciudadanos con total y absoluta garantía de éxito.

-Todavía existe el concepto de que el concertado o privado que cuenta con mejor fama es mejor que un público, ¿hay que desterrarlo ya?

-En general sí. Hay grandes colegios concertados y otros terroríficos y tenemos públicos excelentes y también terribles. Pero en la pública, la calidad media es muy buena y el profesorado tiene una formación que no siempre se puede garantizar en el docente de la concertada y la privada, ya que además de la titulación requerida, pasan por unos filtros que no son garantía de ser un buen profesional pero sí se ponen a prueba sus conocimientos.

-¿Cuáles serían los criterios que deberían prevalecer a la hora de elegir?

-Como criterio básico y fundamental, la escuela pública más cercana a mi casa. Eso evita tiempo de transporte, pérdida de horas de sueño y cansancio. Para un niño pequeño es fundamental el tiempo de ocio, el de descanso, el de juego y la alimentación. En la medida en la que el escolar tiene que levantarse antes para desplazarse en autobús y no puede comer en casa está perdiendo momentos de ocio, de sueño y se está alimentando peor. Si todo eso lo puede evitar mandándolo a la escuela pública más cercana, yo lo tengo clarísimo. Porque además tengo plena confianza en la calidad de esa enseñanza, sin discusión.

-Pero también los padres se dejan influir por el contexto social a la hora de decidir...

-Me parece razonable, porque todos estamos sometidos a las influencias sociales de nuestro contexto más cercano. Pero que sea razonable no significa que sea racional. Probablemente estoy aceptando creencias que no tienen un fundamento empírico claro. Es razonable que yo, sobre todo, si pertenezco a una clase media o elevada pretenda que mis hijos compartan el ambiente social al que yo pertenezco, pero eso no está directamente relacionado con la calidad de la educación que van a recibir en el colegio. Con mucha frecuencia el único argumento de los padres para llevar a los hijos a un colegio distinto del público más cercano es que mi hijo se mezcle con sus iguales y no con cualquiera y ese es un razonamiento social pero no educativo, porque eso no garantiza que la enseñanza que vayan a recibir sea de mayor calidad. Una buena colaboración entre la familia y la escuela es mejor garantía que un colegio por mucho nombre que tenga.

-Hay muchos padres que matriculan a sus hijos en colegios religiosos sin que comulguen con ese ideario, ¿qué piensa de eso?

-Es verdad que son los menos los que tienen creencias religiosas y toman la decisión en ese sentido. La principal motivación es la selección social. Pero el educarse en un colegio de ideario religioso que luego no se vive en casa no fomenta otra cosa que la percepción por parte del niño de la hipocresía social en la que vivimos. Yo creo que la mayor parte de los casos la elección de un colegio concertado tiene poco que ver con su ideario sea cual sea y mucho más que ver con su fama y con las ansias de agrupar a mi hijo con sus iguales.

-¿También ansias de promoción social?

-Efectivamente. Pero todos los estudios apuntan que la promoción social aunque existe no está garantizada por la escuela, sino que está más relacionada con el origen social que con la escuela a la que se asiste. Aunque algunos pueden pensar que es como jugar a la lotería, por qué no me va a tocar a mí.

-Muchos padres viven con verdadera frustración que sus hijos no puedan entrar en el primer colegio elegido...

-Yo creo que si aceptáramos que el colegio público más cercano le va a brindar la educación de la calidad que su hijo necesita dejarían de sufrir. Aunque comprendo la preocupación, sobre todo, porque consideran que su elección le va a proporcionar a su hijo mayores oportunidades y eso es lo que yo pongo en duda.

-Un punto importante que también valorarán otros es que su hijo no tenga que cambiar de centro a los 12 años.

-A mí el hecho de que el colegio sea sólo de Infantil y Primaria me parece una ventaja. Creo que es mucho más interesante que mi hijo esté durante unos años rodeado de grupos de edad muy semejante a la suya. Y luego el cambio de colegio a los 12 años no es una experiencia traumática, sino un rito de iniciación, de pronto se crece y se siente mayor y eso no me parece malo. En todo esto, hay mucho más de preocupación razonable de los padres que de condiciones objetivas que tengan que ver con la educación.

-En definitiva, ¿cree que pesan más las motivaciones no racionales para la elección de colegio?

-Por supuesto. Es un afán muy antiguo. Todos pensamos que nuestros hijos son buenos por naturaleza y que la mala influencia proviene de los demás y si puedo aislarlo y juntarlo con otros que creamos que ejerzan buena influencia pues mejor, pero partimos de esa premisa y ni mi hijo tiene que ser necesariamente bueno ni los demás una mala influencia potencial. Lo importante de la elección de centros debería ser el proyecto educativo real del centro y eso no se conoce leyendo folletos sino hablando con los maestros.

-¿Los padres temen a la diferencia?

-Sí. La elección de centros tiene que ver con la inmigración masiva de estos años atrás y la xenofobia que aún perdura. Es reflejo de tendencias y temores de los padres, nada relacionado con la capacidad real de educar del centro. Además, mezclarse con otros difícilmente perjudica. La diversidad es tremendamente enriquecedora.


Opinión personal:


Considero importante este tema del que habló nuestro profesor Miguel Sola  en una entrevista al periódico “Málaga hoy” porque en el centro escolar que elijan los padres para su hijo/a es donde convivirán muchísimas horas y querrán lo mejor para sus hijos/as. Aunque no lo considero tan esencial ya que hay que  confiar en la escuela pública y en los profesionales para educar a nuestros hijos/as.
A veces el problema no es el colegio sino nuestro hijo/a, puede que el problema no esté en los compañeros ni en el ambiente del colegio, puede que el que desentone sea nuestro hijo/a y eso es difícil de reconocer por la mayoría de los padres.

Coincido con Miguel en que es excesiva esa preocupación por encontrar el mejor colegio, pienso que no hay mejores colegios que otros, simplemente son diferentes. En este tema nunca se sabe porque, por ejemplo, un padre puede matricular al niño en un colegio que considera que es “el mejor” para su hijo y por unos motivos u otros no encaje bien en dicho colegio. Quizás en ese colegio el niño tiene la ventaja de que se mueve en un ambiente similar al suyo, a sus ideales, etc, por así decirlo, pero no tiene la calidad educativa que necesita.

Pienso, por experiencia propia y como comentó Miguel, que lo ideal es el colegio público más cercano, ya que en mi opinión la escuela pública tiene mejores profesores, más preparados y con mayor capacidad de atender a la diversidad, algo básico. Quizás la escuela privada y la concertada tengan más fama como he dicho anteriormente pero no por eso o porque haya niños con características parecidas quiere decir que la calidad de la enseñanza sea superior, es más, pienso que es justo al contrario en general. También veo importante la cercanía del colegio porque el niño/a pierde menos tiempo en el trayecto y así tendrá más tiempo para descansar, jugar, ocio y una mejor alimentación, como ha comentado Miguel, algo que es esencial para una educación plena. Yo iba al colegio público más cercano a casa, apenas 5 minutos andando y se notaba que tenía mucho más tiempo para todo que algunos compañeros/as que vivían fuera del pueblo y tenían que coger el autobús. La etapa de la E.S.O fue similar a la primaria pero en bachillerato tenía que desplazarme a un instituto a 30 km aproximadamente, con lo que tenía que salir a las 7 de la mañana para coger el autobús y llegaba a casa a las 4 de la tarde, algo que me perjudicó mucho en la educación ya que no tenía tiempo para hacer todo lo que quería: estudiar, buen descanso, tiempo de ocio…

Creo que los padres se equivocan cuando mandan a sus hijos a colegios de ideales religiosos y la propia familia ni siquiera tiene esos ideales o no los fomenta. La educación de un niño depende tanto de la escuela como de la familia. Sería como contradecir al niño, en la escuela le enseñan una cosa pero en casa le enseñan otra, esto solo incita al niño a darse cuenta de la hipocresía en la que vivimos. En muchos de estos casos, la familia busca el ascenso social del niño, pero pienso como nuestro profesor que ésto no está tan relacionado con la escuela, sino con el origen social.

En cuanto al cambio de centro a los 12 años, pienso que es positivo para la maduración del niño y que tiene que aprender a moverse en otros espacios distintos en los que ha estado siempre para progresar y aprender a estar en diferentes situaciones, aunque no lo veo como motivo de un gran debate, la verdad.

En conclusión, pienso que a la hora de elegir el centro no hay que darle muchas vueltas y confiar en la escuela pública, donde el niño/a tendrá más compañeros/as diferentes y cada uno/a le puede aportar cosas nuevas, de ahí la importancia de la diversidad. Es más importante qué va a aprender el niño o quién va a ser que con quién va a estar o dónde va a ir, aunque también esto influya.

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