viernes, 22 de junio de 2012

El buen uso del tiempo de recreo en la escuela (artículo de un blog)


El buen uso del tiempo de recreo en la escuela

7 diciembre 2009

Por Edistio Cámere

En cierta ocasión, el director de un colegio, en una animada conversación con un grupo de alumnos de 4to de Primaria, les preguntó: ¿Qué creen que al director lo pone más contento? Me imagino la escena posterior: las manos levantadas en señal de querer intervenir; incluso, algunos apoyados en el asiento de tal manera que sobresalgan para que la mirada del director se fije en ellos. ¡Los niños de espontáneos y trasparentes casi siempre tienen una respuesta! Con ellos la sintonía halaga y entusiasma y el diálogo fluye.

Las respuestas fueron variadas y precisas: “Que nos portemos bien; que tengamos buenas notas; que seamos campeones en fútbol; que no tengamos anotaciones; que atendamos en las clases…” y otras similares alineadas con lo que el director de un colegio suele esperar de sus alumnos. Segundos después, el directivo añadió: “Lo que me pone contento es cuando los veo jugar divertidos durante en el recreo”.

Tan asombrados, como yo, presumo que quedarían esos alumnos. ¿Qué quería dar a entender el buen director con dicha respuesta tan poco ortodoxa desde el punto de vista escolar? Sin adelgazar un ápice la importancia del cumplimiento de las obligaciones que tiene el niño como estudiante, también forma parte consustancial de su crecimiento el solaz, la distracción y el juego con sus compañeros.

En el aula, por su propia dinámica, el niño es conducido y expresa una parte de sí: sus habilidades intelectuales. En esos tiempos denominados ‘recreo’ la organización corre por cuenta propia, y es todo él que se muestra e interactúa. Las risas, la emoción, la intensidad en el juego y, por qué no, en las conversaciones no solo testimonian el haber pasado un buen momento sino son también expresiones de acogida, pertenencia e identificación con sus pares, ingredientes necesarios para la generación de un clima cordial que traducido en motivación acicatea a los niños para enfrentar con buen ánimo y entusiasmo sus deberes como estudiantes.

Otra línea educativa que bien podría deducirse de la respuesta del director se relaciona con el aprendizaje del manejo del tiempo libre. La prisa, la agitación -síntomas del presente siglo- en un extremo ‘obligan’ a pasar por alto aspectos o situaciones entrañablemente humanas y sencillas que les dan color y sabor a la vida; en el otro extremo, acostumbrado a planes ‘impuestos’ venidos desde fuera, la capacidad de autodeterminación ya anquilosada no atina a reaccionar -presa por el tedio y el aburrimiento- ante el paso de las horas vacías.

El buen uso del tiempo libre es enriquecedor por cuanto se nos otorga, precisamente, para llevar a cabo actividades distintas a las que de ordinario nos ocupa. Es campo privilegiado para los pasatiempos la lectura, la música, la conversación y la solidaridad. 

Una tercera idea nace del compromiso promovido por los docentes y asumido por los alumnos, de hacer siempre las cosas de la mejor manera. El mismo empeño y la diligencia se tienen que aplicar tanto en el aula como en el recreo. Y es que en la vida todo es importante, pero cada cosa tiene su lugar. Por tanto, con la misma dedicación que se le pregunta al alumno sobre las tareas y los exámenes, se le debería inquirir también acerca de cómo lo pasó en el recreo.


Opinión personal:


Me parece interesante la pregunta que le formula el director a los niños y es normal y lógico que espere respuestas como las que dan los niños como “Que nos portemos bien; que tengamos buenas notas; que seamos campeones en fútbol; que no tengamos anotaciones; que atendamos en las clases…”  porque parece como que eso es lo mejor, lo que todos los adultos queremos de los niños, mentiría si dijera que lo que más me contenta de un niño no son estas cosas mencionadas, pero no termina ahí, estoy de acuerdo en lo que le responde el director a los niños “Lo que me pone contento es cuando los veo jugar divertidos durante en el recreo” porque ese es el momento en el que te vienen a la cabeza momentos de la niñez, momentos en los que no parabas de sonreír, de jugar, de correr, de divertirte… en definitiva, momentos en los que eras feliz.

Personalmente me fascina, no sé lo que pasa dentro de mí, cuando veo un/a niño/a o un grupo de niños/as jugando en el recreo como la persona más feliz del mundo, una persona que por unos minutos deja atrás todo y se deja llevar por el mundo de la diversión y el juego. Siento nostalgia por ese momento  en el que cualquier cosa valía, tu mayor problema era a qué jugar o hacia dónde correr primero. Lástima que ese tiempo, llamado recreo no durara más de 30 minutos, insuficientes en mi opinión en relación a la necesidad de jugar de un niño/a. Eso es lo que creo que pensó el director al responder de esa manera a los niños.

Al igual que el director, también considero importantísimo este “recreo” para la formación del niño, ya que le permitirá relacionarse con los demás, liberarse un poco de la rutina y de las actividades guiadas en el aula, tener ese espacio propio que no tiene en el aula, en el que hay que cumplir unas normas, todo es guiado por el maestro/a, etc. Digamos que es la primera aventura libre del ser humano en interacción con sus iguales. Muchos son los detalles que hay en cada juego, en cada conversación, en cada gesto… que nos permiten demostrar la ingenuidad propia de la edad.

Coincido con Edistio, autor del artículo, cuando maneja la posibilidad de que el director intente con su respuesta tratar del aprendizaje del manejo del tiempo libre. Y es que el niño en el recreo está ante su primer reto de decidir qué hacer, a qué dedicarse, cómo aprovechar ese tiempo que se caracteriza por no tener la “obligación” de hacer algo o simplemente la ausencia de una acción “impuesta” por alguien. En ese tiempo el niño debe decidir si juega o no hace nada, si se come el bocadillo o no,  si se queda solo o juntarse con los compañeros, si leer o hablar con un amigo y un larguísimo etcétera. En la vida adulta tendrá situaciones similares en las que decidir si salir o no salir, si llamar a un amigo o a su pareja, si leer o adelantar horas de estudio, si escuchar música, patinar, ver la televisión, etc.

El tiempo de ocio es ese tiempo precisamente, en el que tenemos la libertad de dedicar el tiempo a lo que queramos, a cosas distintas que rompan con la rutina,  sin “obligaciones” ni angustias. Todo ser humano goza de tiempo de ocio en su vida y debe pretender aprovecharlo de la mejor manera posible, de la manera en la que sea más feliz, porque gran parte de los momentos realmente felices pienso que tienen lugar durante ese tiempo. Ni que decir tiene que considero el recreo escolar como un magnífico tiempo de ocio.

El empleo de dicho tiempo de ocio dependerá de varias cosas como la personalidad, las aficiones, los gustos, los recursos disponibles, la ideología o el tiempo disponible, es decir, no es lo mismo disponer de 1 hora de tiempo de ocio al día que 5 horas.

En conclusión, opino que el tiempo de ocio y en concreto, el recreo,  está  infravalorado y tiene la misma importancia que pueda tener la enseñanza en el aula ya que en ese tiempo los niños/as también están aprendiendo y puede que sea uno de los momentos más felices en la vida de una persona. ¿De verdad vamos a infravalorar el tiempo de ocio (recreo en el contexto escolar)?

"En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta". Pablo Neruda

"La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras". Rousseau

AQUÍ LES DEJO UNOS VÍDEOS (VÍA YOUTUBE):




domingo, 17 de junio de 2012

Enseñanza basada en contenidos VS Enseñanza basada en proyectos


La enseñanza basada en contenidos la podemos definir como la más tradicional de las que existen, en la que el maestro/a prepara los contenidos y hace una programación con unos objetivos y unos límites más marcados (metodología, tiempo, espacios…), marcando una línea regular de la que los alumnos/as no deben desviarse mucho si quieren aprobar.

De esta manera el maestro/a  puede hacer un seguimiento a sus alumnos/as y controlarlos más fácilmente ya que sólo o el gran porcentaje de la nota se centrará en pruebas para comprobar si han adquirido y asimilado los conocimientos o no, como puede ser la realización de un examen, tarea diaria para casa, trabajos, etc.

Sin embargo, en el aprendizaje basado en proyectos el maestro/a no marca un camino tan marcado, sino que hace de guía de los alumnos/as que construyen su propio conocimiento, permitiendo diferentes itinerarios y soluciones a los diferentes problemas que se le van presentando. Propone una mayor diversidad de soluciones válidas a un sólo problema. El maestro/a no tiene un control exhaustivo de los alumnos/as como en la enseñanza basada en contenidos pero requiere de una mayor dificultad e implicación, y ahí puede estar el problema, puede que esa sea la causa de que esta metodología se utilice menos.

De esta forma los alumnos/as se involucran más y mantienen una participación activa con el maestro/a en la elaboración del conocimiento. La motivación también juega un papel esencial en esta enseñanza, ya que será el factor que impulse a los niños/as a seguir aprendiendo o a desinteresarse. Los alumnos/as tienen una mayor libertad para investigar  y buscar sus inquietudes y curiosidades (incertidumbre). A la hora de evaluar, el maestro/a no tendrá pruebas tan claras por así llamarlas, pero sí se habrá implicado más en la propia elaboración de conocimiento de sus alumnos/as y seguramente los conozca mejor.


A mí, personalmente me gusta más la enseñanza por proyectos ya que el niño/a tiene más participación y elabora su propio conocimiento, a la vez que aumentará su capacidad de creatividad e investigación, algo que en los últimos años se ha ido perdiendo. También les ayudará a actuar ante problemas de la vida real, si te acostumbras a que te lo den hecho y a que te resuelvan los problemas nunca aprenderás a solucionarlos por ti mismo.

Este tema tiene más que ver con metodología que con tiempo de ocio pero también he querido incluirlo en mi blog. Un saludo

"Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber." Albert Einstein




jueves, 7 de junio de 2012

Las TIC en la escuela



Comentario personal:

La mayoría de nuestros antepasados, cuando ven la inmensa cantidad de nuevas tecnologías que existen actualmente no pueden evitar la comparación con su época, aquella en la que el que tenía un simple televisor o una radio era un afortunado/a. Pienso que llevan razón, ya que esa gran cantidad de nuevas tecnologías facilitan o, deberían facilitar el aprendizaje porque nos proporcionan unas mejores oportunidades, como comenta en esta entrevista nuestro profesor Miguel Sola, pero hay que aprovecharlas.

Hoy en día es normal tener un ordenador en casa o en cualquier lugar a nuestra disposición, por lo que estamos casi obligados a aprovechar esa oportunidad. Quizás la política de que haya ordenadores para todos los alumnos/as no mejore directamente la calidad de la educación pero por lo menos sí que nos brinda, la oportunidad de mejorarla, que no es poco. Esta medida ha propiciado varias opiniones y desacuerdos por el uso que se hace de dichos ordenadores, pero claro está que el éxito de esta medida en la educación depende otros muchos factores, como ha comentado J. Francisco Murillo. Yo personalmente no pienso que sea un error la medida de proporcionar PCs a los niños/as, ya que si no es de esa manera ciertos niños/as probablemente no tengan la oportunidad de tener uno nunca por su situación económica, con lo que ahí ya estarían teniendo menos oportunidades que los demás, pero lo que sí discuto es el uso que se les da. Los profesores tienen un papel fundamental en este asunto, ya que son los que tienen que saber cómo introducir las nuevas TIC a su metodología o adaptarse a ellas, cambiando lo tradicional por la innovación, que crea mejores condiciones para el aprendizaje. También tienen que buscar la manera de motivar a los niños/as y fijar unos objetivos pedagógicos.

Actualmente no hay muchos profesores/as muy avanzados en el tema de las TIC y como comenta Miguel Sola no se sienten apoyados y comprendidos, es comprensible, ya que es “lo nuevo” y casi todo el mundo tiene una especie de miedo a estos “aparatos” pero no nos queda otra a los que son profesores/as y a los que pretendemos serlo que aprender a utilizarlas con soltura, ya que todo está en continuo cambio son muy potentes a la hora de investigar, publicar, enseñar, comunicar… Como pienso que la frase famosa esa de “nadie nace sabiendo” es cierta, pues eso, a formarse con las TIC para descubrir las utilidades que tiene, aunque luego no las pongamos en práctica en clase. Es normal que al principio los profesores/as no tengan un gran interés por aprenderlas y que tengan esa inseguridad con ellas ya que es totalmente distinto a las herramientas que ellos usaron para llegar a su profesión, pero seguro que siempre habrá un compañero/a o un curso que nos ayude a dominarlas.

Una de las grandes ventajas de las TIC para los profesores/as es que podrán comunicarse entre ellos/as y entre sus alumnos/as (incluso con las familias) e intercambiar métodos y opiniones, por lo que se podrá aprender de los demás de una manera más rápida y cómoda.

En cuanto a mi tema Tiempo de ocio pienso que las Tic juegan un papel importantísimo en el tiempo de ocio de los alumnos/as, ya que es muy probable que cuando lleguen a casa lo primero que hagan después de la comida sea coger el ordenador, no digo que todos/as lo hagan pero un gran porcentaje sí. Por ello es esencial el uso que le den en ese tiempo al ordenador y que si es posible, lo utilicen para fines pedagógicos como he comentado anteriormente. También pienso que es importante que las TIC estén presentes en las actividades extraescolares en las que se pueda para mejorar las oportunidades de aprendizaje y de diversión.

"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo". Benjamin Franklin