jueves, 24 de mayo de 2012

¿Qué colegio elijo? Estoy preocupado/a...


domingo, 19 de febrero de 2012


Sobre la elección de centro. Entrevista en Málaga hoy (19-02-2012)


"La elección tiene mucho que ver con las ansias de agrupar al niño con sus iguales"

El pedagogo Miguel Sola considera que "estamos viviendo un momento de excesiva preocupación" a la hora de decantarse por un centro educativo y apuesta por confiar en el colegio público más cercano.
CRISTINA FERNÁNDEZ | ACTUALIZADO 19.02.2012 - 08:21
 -¿Qué importancia juega la elección del centro escolar para un niño de 3 años?


-Es importante, desde luego, lo que pasa es que estamos viviendo un momento de excesiva preocupación. Cuanto mayor es la capacidad de la familia de educar a sus hijos, menos importancia tiene la elección de centro. Es una paradoja aparente, porque quienes más se preocupan en elegir colegios son los que menos necesitarían hacerlo.



-Estamos entonces demasiado preocupados...



-Sí, y en general la escuela pública es más que solvente, tiene magníficos profesionales y puede afrontar la educación de los ciudadanos con total y absoluta garantía de éxito.

-Todavía existe el concepto de que el concertado o privado que cuenta con mejor fama es mejor que un público, ¿hay que desterrarlo ya?

-En general sí. Hay grandes colegios concertados y otros terroríficos y tenemos públicos excelentes y también terribles. Pero en la pública, la calidad media es muy buena y el profesorado tiene una formación que no siempre se puede garantizar en el docente de la concertada y la privada, ya que además de la titulación requerida, pasan por unos filtros que no son garantía de ser un buen profesional pero sí se ponen a prueba sus conocimientos.

-¿Cuáles serían los criterios que deberían prevalecer a la hora de elegir?

-Como criterio básico y fundamental, la escuela pública más cercana a mi casa. Eso evita tiempo de transporte, pérdida de horas de sueño y cansancio. Para un niño pequeño es fundamental el tiempo de ocio, el de descanso, el de juego y la alimentación. En la medida en la que el escolar tiene que levantarse antes para desplazarse en autobús y no puede comer en casa está perdiendo momentos de ocio, de sueño y se está alimentando peor. Si todo eso lo puede evitar mandándolo a la escuela pública más cercana, yo lo tengo clarísimo. Porque además tengo plena confianza en la calidad de esa enseñanza, sin discusión.

-Pero también los padres se dejan influir por el contexto social a la hora de decidir...

-Me parece razonable, porque todos estamos sometidos a las influencias sociales de nuestro contexto más cercano. Pero que sea razonable no significa que sea racional. Probablemente estoy aceptando creencias que no tienen un fundamento empírico claro. Es razonable que yo, sobre todo, si pertenezco a una clase media o elevada pretenda que mis hijos compartan el ambiente social al que yo pertenezco, pero eso no está directamente relacionado con la calidad de la educación que van a recibir en el colegio. Con mucha frecuencia el único argumento de los padres para llevar a los hijos a un colegio distinto del público más cercano es que mi hijo se mezcle con sus iguales y no con cualquiera y ese es un razonamiento social pero no educativo, porque eso no garantiza que la enseñanza que vayan a recibir sea de mayor calidad. Una buena colaboración entre la familia y la escuela es mejor garantía que un colegio por mucho nombre que tenga.

-Hay muchos padres que matriculan a sus hijos en colegios religiosos sin que comulguen con ese ideario, ¿qué piensa de eso?

-Es verdad que son los menos los que tienen creencias religiosas y toman la decisión en ese sentido. La principal motivación es la selección social. Pero el educarse en un colegio de ideario religioso que luego no se vive en casa no fomenta otra cosa que la percepción por parte del niño de la hipocresía social en la que vivimos. Yo creo que la mayor parte de los casos la elección de un colegio concertado tiene poco que ver con su ideario sea cual sea y mucho más que ver con su fama y con las ansias de agrupar a mi hijo con sus iguales.

-¿También ansias de promoción social?

-Efectivamente. Pero todos los estudios apuntan que la promoción social aunque existe no está garantizada por la escuela, sino que está más relacionada con el origen social que con la escuela a la que se asiste. Aunque algunos pueden pensar que es como jugar a la lotería, por qué no me va a tocar a mí.

-Muchos padres viven con verdadera frustración que sus hijos no puedan entrar en el primer colegio elegido...

-Yo creo que si aceptáramos que el colegio público más cercano le va a brindar la educación de la calidad que su hijo necesita dejarían de sufrir. Aunque comprendo la preocupación, sobre todo, porque consideran que su elección le va a proporcionar a su hijo mayores oportunidades y eso es lo que yo pongo en duda.

-Un punto importante que también valorarán otros es que su hijo no tenga que cambiar de centro a los 12 años.

-A mí el hecho de que el colegio sea sólo de Infantil y Primaria me parece una ventaja. Creo que es mucho más interesante que mi hijo esté durante unos años rodeado de grupos de edad muy semejante a la suya. Y luego el cambio de colegio a los 12 años no es una experiencia traumática, sino un rito de iniciación, de pronto se crece y se siente mayor y eso no me parece malo. En todo esto, hay mucho más de preocupación razonable de los padres que de condiciones objetivas que tengan que ver con la educación.

-En definitiva, ¿cree que pesan más las motivaciones no racionales para la elección de colegio?

-Por supuesto. Es un afán muy antiguo. Todos pensamos que nuestros hijos son buenos por naturaleza y que la mala influencia proviene de los demás y si puedo aislarlo y juntarlo con otros que creamos que ejerzan buena influencia pues mejor, pero partimos de esa premisa y ni mi hijo tiene que ser necesariamente bueno ni los demás una mala influencia potencial. Lo importante de la elección de centros debería ser el proyecto educativo real del centro y eso no se conoce leyendo folletos sino hablando con los maestros.

-¿Los padres temen a la diferencia?

-Sí. La elección de centros tiene que ver con la inmigración masiva de estos años atrás y la xenofobia que aún perdura. Es reflejo de tendencias y temores de los padres, nada relacionado con la capacidad real de educar del centro. Además, mezclarse con otros difícilmente perjudica. La diversidad es tremendamente enriquecedora.


Opinión personal:


Considero importante este tema del que habló nuestro profesor Miguel Sola  en una entrevista al periódico “Málaga hoy” porque en el centro escolar que elijan los padres para su hijo/a es donde convivirán muchísimas horas y querrán lo mejor para sus hijos/as. Aunque no lo considero tan esencial ya que hay que  confiar en la escuela pública y en los profesionales para educar a nuestros hijos/as.
A veces el problema no es el colegio sino nuestro hijo/a, puede que el problema no esté en los compañeros ni en el ambiente del colegio, puede que el que desentone sea nuestro hijo/a y eso es difícil de reconocer por la mayoría de los padres.

Coincido con Miguel en que es excesiva esa preocupación por encontrar el mejor colegio, pienso que no hay mejores colegios que otros, simplemente son diferentes. En este tema nunca se sabe porque, por ejemplo, un padre puede matricular al niño en un colegio que considera que es “el mejor” para su hijo y por unos motivos u otros no encaje bien en dicho colegio. Quizás en ese colegio el niño tiene la ventaja de que se mueve en un ambiente similar al suyo, a sus ideales, etc, por así decirlo, pero no tiene la calidad educativa que necesita.

Pienso, por experiencia propia y como comentó Miguel, que lo ideal es el colegio público más cercano, ya que en mi opinión la escuela pública tiene mejores profesores, más preparados y con mayor capacidad de atender a la diversidad, algo básico. Quizás la escuela privada y la concertada tengan más fama como he dicho anteriormente pero no por eso o porque haya niños con características parecidas quiere decir que la calidad de la enseñanza sea superior, es más, pienso que es justo al contrario en general. También veo importante la cercanía del colegio porque el niño/a pierde menos tiempo en el trayecto y así tendrá más tiempo para descansar, jugar, ocio y una mejor alimentación, como ha comentado Miguel, algo que es esencial para una educación plena. Yo iba al colegio público más cercano a casa, apenas 5 minutos andando y se notaba que tenía mucho más tiempo para todo que algunos compañeros/as que vivían fuera del pueblo y tenían que coger el autobús. La etapa de la E.S.O fue similar a la primaria pero en bachillerato tenía que desplazarme a un instituto a 30 km aproximadamente, con lo que tenía que salir a las 7 de la mañana para coger el autobús y llegaba a casa a las 4 de la tarde, algo que me perjudicó mucho en la educación ya que no tenía tiempo para hacer todo lo que quería: estudiar, buen descanso, tiempo de ocio…

Creo que los padres se equivocan cuando mandan a sus hijos a colegios de ideales religiosos y la propia familia ni siquiera tiene esos ideales o no los fomenta. La educación de un niño depende tanto de la escuela como de la familia. Sería como contradecir al niño, en la escuela le enseñan una cosa pero en casa le enseñan otra, esto solo incita al niño a darse cuenta de la hipocresía en la que vivimos. En muchos de estos casos, la familia busca el ascenso social del niño, pero pienso como nuestro profesor que ésto no está tan relacionado con la escuela, sino con el origen social.

En cuanto al cambio de centro a los 12 años, pienso que es positivo para la maduración del niño y que tiene que aprender a moverse en otros espacios distintos en los que ha estado siempre para progresar y aprender a estar en diferentes situaciones, aunque no lo veo como motivo de un gran debate, la verdad.

En conclusión, pienso que a la hora de elegir el centro no hay que darle muchas vueltas y confiar en la escuela pública, donde el niño/a tendrá más compañeros/as diferentes y cada uno/a le puede aportar cosas nuevas, de ahí la importancia de la diversidad. Es más importante qué va a aprender el niño o quién va a ser que con quién va a estar o dónde va a ir, aunque también esto influya.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Para saber un poco más...


LAS ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS Y ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES

1. LAS ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS

Se consideran actividades complementarias las organizadas durante el horario escolar por los Centros, de acuerdo con su Proyecto Curricular y que tienen un carácter diferenciado de las propiamente lectivas por el momento, espacios o recursos que utilizan.

Por su propia naturaleza, las actividades complementarias deben ser organizadas y vigiladas por el profesorado del Centro, como si de actividad lectiva ordinaria se tratara, independientemente de que otras personas relacionadas con el Centro puedan colaborar.

Teniendo en cuenta que estas actividades se realizan dentro del horario escolar, el Centro deberá arbitrar las medidas necesarias para atender educativamente al alumnado que no participe en ellas. En el caso de actividades complementarias que exijan la salida del Centro de algún alumno o alumna menor de edad, se requerirá la correspondiente autorización escrita de sus padres o tutores.

2. LAS ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES

Las actividades extraescolares son aquellas actividades establecidas por el centro que se realizan antes o después del horario lectivo del alumnado. Es decir, se realizarán fuera del horario lectivo, tendrán carácter voluntario para el alumnado y buscarán la implicación activa de toda la comunidad educativa.

En ningún caso, formarán parte del proceso de evaluación por el que pasa el alumnado para la superación de las distintas áreas o materias curriculares que integran los planes de estudio. Por tanto, deben evitarse actividades de refuerzo escolar que están alejadas del espíritu lúdico y educativo que sustenta la filosofía de “tiempo de ocio” que se pretende dar a estas actividades extraescolares.

La organización de las actividades extraescolares puede realizarse también a través de las Asociaciones de Padres de Alumnos o de otras asociaciones colaboradoras, o en colaboración con las Administraciones Locales.

La propuesta de programación de actividades extraescolares que se eleven para su inclusión en el Plan Anual del Centro comprenderá la denominación específica de la actividad, el horario y lugar en que se desarrollará y el personal que la dirigirá y llevará a cabo.

A veces se tiende a asociar las actividades extraescolares con aquellas actuaciones que se llevan a cabo fuera del recinto propiamente escolar. Sin embargo conviene aclarar que el término extraescolar no significa en todos los casos, salidas al exterior, sino más bien, por extensión, algo que no se ciñe en exclusiva a lo estrictamente académico, porque trasciende a otros niveles de ampliación, profundización y formación personal.

En este sentido, las actividades extraescolares pueden ser desarrolladas de alguna de las formas siguientes:

- Por el personal adscrito al Centro.

- Mediante la suscripción de un contrato administrativo de servicios con una entidad legalmente constituida, la cual ha de asumir, en este caso, la plena responsabilidad contractual del personal que desarrollará la actividad.

- Mediante actuaciones de Voluntariado, a través de entidades colaboradoras o de la Asociación de Padres de Alumnos, en los términos previstos en la legislación vigente.

- A través de los Ayuntamientos.

En cualquier caso, las actividades extraescolares, al estar incluidas en el Plan Anual de Centro, deben ser consideradas como una actividad más del mismo y, por tanto, el Director o Directora del Centro deberá comprometerse en la gestión de las mismas, tanto desde el punto de vista económico como en lo que se refiere a la planificación y desarrollo de éstas.

 Las actividades extraescolares poseen una clara finalidad educativa ya que están motivadas por el deseo de formar a los escolares en distintos sectores, tanto desde el punto de vista instructivo como formativo.

Han de fomentar el valor de la libertad responsable de los alumnos y alumnas, pues en este tipo de actividad se aprecia la forma en que éstos reaccionan, al verse en un ambiente menos sujeto a normas y prescripciones como ocurre en el aula.

Mejoran también el sentido de la cooperación intergrupal, al favorecer las relaciones personales.

Esta información la he copiado de un tema de la asignatura Organización Educativa de Centros e Instituciones, que imparte la profesora Concepción y que veo conveniente incluirla en mi blog para dejar un poco más claro en qué consisten las actividades extraescolares y complementarias.

jueves, 17 de mayo de 2012

Actividades extraescolares


Actividades extraescolares ¿Cuál le conviene a mi hijo?
Cuando los niños están en edad escolar, septiembre significa volver a la rutina y a los quehaceres diarios. El tiempo se convierte en una cuestión crucial y planificar su jornada escolar y postescolar para que coincida con la laboral es un tema que no debe dejarse al azar. 

Las actividades extraescolares, son un recurso acertado siempre y cuando éstas no supongan una sobrecarga para los escolares y les dejen tiempo para jugar. Estas clases son las que se realizan fuera del horario lectivo, y están destinadas a complementar la formación escolar, enriquecer otras áreas del conocimiento y por qué no decirlo, desahogar a los atareados padres. 


Cómo elegirlas

El principal error es hacer la elección en función de las necesidades horarias de los padres y no de la conveniencia para los niños o por la mera pretensión de que los hijos sepan de todo. Hay que tener en cuenta su opinión y respetarla para orientarles, sólo así se implicarán activamente en las actividades, aunque por supuesto la decisión última recaerá en los padres. El objetivo primero de éstas es que enseñen divirtiendo, esto es, que sean experiencias distintas de las clases convencionales y que favorezcan su desarrollo personal de acuerdo a su carácter, aptitudes y gustos.


Cuál elegir

Un niño no está preparado para soportar una jornada de adulto, por lo tanto no conviene abusar de éstas. Ante todo debe gustarle la actividad, así que comienza preguntándole si tiene interés por alguna de ellas en concreto. Es fundamental contar con su opinión favorable, de lo contrario al poco tiempo se sentirá desmotivado y querrá abandonarla. Si además tienes en cuenta su carácter y personalidad seguro que acertarás, ya que algunas de ellas les permitirán ejercitar ciertas carencias (iniciativa, compañerismo, creatividad, imaginación, solidaridad, etc.):


Actividades deportivas

Además de ser una excelente forma de luchar contra el cada vez más preocupante avance del sedentarismo y la obesidad infantil, los deportes contribuyen al bienestar físico y favorecen ciertos valores, como la disciplina, el compañerismo, el espíritu de sacrificio y el de superación, entre otros. Es indispensable que se adapten a su condición física y a su edad.

- Deportes de equipo: Deportes como el fútbol, el baloncesto, el voleibol, etc. mejoran la velocidad y la capacidad de reflejos, la agilidad, la fuerza y la flexibilidad. Además fomentan el trabajo en grupo, la tolerancia, el respeto a las reglas, al adversario… Son actividades indicadas para niños nerviosos que requieran descargar tensiones. También son ideales para hacer amistades, vencer miedos y temores, por lo que se aconsejan a niños introvertidos, tímidos o vergonzosos. Se recomienda iniciarse a partir de los 5 años, si bien antes de los 11 sólo se practica como un juego y nunca como una competición.

- Artes marciales: Los deportes de combate están recomendados para los niños porque combinan el deporte, la protección, el desarrollo personal y la disciplina mental. Mejora la coordinación, la resistencia, la fuerza, la velocidad y la flexibilidad. También ejercita la autoconfianza, el autocontrol y el correcto desarrollo motor. Es un excelente tratamiento contra la hiperactividad y la agresividad, ya que se aprende a dominar los impulsos y a descargar la energía. Igualmente se aconseja a niños tímidos ya que les aporta seguridad. Pueden comenzar a practicarse a partir de los 5 años, siempre en el marco de una práctica lúdica.

- Individuales: El tenis, la gimnasia, el patinaje o el esquí, por ejemplo mejoran la coordinación, los reflejos, las habilidades motrices, el ritmo, el movimiento… El tenis ayuda a descargar la agresividad. Puede practicarse a partir de los 4 o 5 años cualquiera que sea la personalidad del pequeño. Los deportes que se realizan en un entorno natural como el esquí o la equitación son aptos para aquellos niños activos, aventureros, amantes de la naturaleza y de los animales… El contacto con el medio ambiente favorece a todos, pero además aquellas actividades en las que intervienen animales están especialmente indicados para los niños con fracaso escolar, introversión, etc.

- Acuáticos: Natación, natación sincronizada, waterpolo, acquagym… El medio acuático ofrece más variantes, si cabe, que el mundo terrestre. Al ser mucho más densa el agua que el aire permite sentirse menos pesados, esto hace que el ejercicio dentro del agua sea más agradable y seguro. La natación suma a los beneficios típicos de todos los deportes, la actividad de hacer ejercicio sin impactos, la implicación de todos los grandes grupos musculares, así como una mejora de la coordinación y del sistema respiratorio y circulatorio. También aporta seguridad y su facilidad favorece su práctica a personas que por distintos motivos no pueden practicar otros deportes. Es ideal para todo tipo de caracteres.

Intelectuales

Tienen como objetivo principal el aprendizaje de conocimientos y el desarrollo de la mente. 

- Idiomas: Los niños que son expuestos a un segundo idioma precozmente, crecen adquiriendo los dos con suma facilidad y les resultará mucho más sencillo el aprendizaje de un tercero o un cuarto. Por lo que se recomienda iniciarse lo antes posible. Su utilidad en el futuro es indudable y además mejora la comunicación. Las clases extraescolares de idiomas se basan principalmente en la adquisición de vocabulario y del aprendizaje de la lengua mediante juegos adaptados a cada edad, películas, canciones, actividades lúdicas… Si tu hijo es muy inquieto y hablador no desperdicies la ocasión.  

- Ajedrez: Gracias a él aprenden a pensar, ayuda a conseguir una mayor capacidad de razonamiento y desarrollo de la memoria. Está indicado para niños a partir de 6 años, especialmente para los que son un poco despistados o para aquellos que les cueste mantener la atención y concentrarse en una misma tarea. Ayuda también a tomar decisiones asumiendo errores y aciertos.

- Informática: Hoy los ordenadores e Internet son herramientas de uso cotidiano, que pueden aprovecharse también como recursos didácticos para facilitar el aprendizaje en cualquier disciplina. Aunque el primer contacto con el ordenador cada vez tiene lugar a edades más tempranas, las clases de informática no deberían realizarse antes de los 6 años. Es muy útil para los amantes de las ciencias, el cálculo, los videojuegos, la ingeniería…


Artísticas

Las actividades de carácter artístico favorecen la creatividad, la imaginación, el gusto por la estética y el espíritu de superación.

- Ballet, danza: Permite conocer el propio cuerpo, aportando flexibilidad, agilidad... Se trabaja la expresión y la comunicación corporal, además favorece la sociabilidad y la memoria. Inculcando disciplina y autocontrol. Pueden empezar a partir de los 3 o 4 años.

- Teatro, literatura: Para los padres tienen la ventaja de que requieren poco gasto económico en material. Para los más pequeños también tienen grandes beneficios: Estimulan la mente, fomentan el interés por la lectura, la imaginación, la comunicación, etc. Ayudan a niños tímidos o con complejos físicos. 

- Artes plásticas: La pintura, la artesanía, la fotografía, etc. estimulan la capacidad creadora del niño, su destreza manual y visual, la expresión plástica... Es apropiada tanto para niños imaginativos y extrovertidos como para los más introvertidos. 

- Música: El estudio de la música desarrolla además, la memoria, el sentido del orden y la capacidad de atención. Mejora el rendimiento académico y el aprendizaje en otros campos educativos. Suele ser aburrido, especialmente para los más pequeños, el estudio de solfeo sin el complemento de un instrumento musical, por lo que se aconseja iniciarse en piano, flauta, guitarra o instrumentos de percusión. Esta actividad es idónea para niños maduros, exigentes, ordenados y meticulosos. Aconsejable a partir de los 4 años.

De refuerzo 

Aunque, como decíamos, las actividades extraescolares deben servir para divertir y distraer de la tarea escolar, a veces algunos niños sí requieren un apoyo a la actividad lectiva. En estos casos, las clases particulares suelen ser aconsejadas por los propios profesores. Si bien, éstas son efectivas para niños de Secundaria y en raras ocasiones se recomiendan para menores de 13 años.  


Últimos consejos

•    No olvides que las actividades extraescolares suponen un desembolso nada despreciable a lo largo del año, muchas de ellas requieren, además del pago de la matrícula y las mensualidades, la compra de material complementario, por ello su elección no debe tomarse a la ligera.

•    Recuerda que se realizan en su tiempo de ocio, por lo que no deben suponer una obligación ni una sobrecarga. Debe quedarle tiempo para estudiar y jugar, por ello no deberían superar las 3 o 4 horas semanales.

•    Si la actividad que le atrae a tu hijo se imparte en el propio centro escolar no dudes en escoger esa opción: ahorrareis tiempo y dinero. Otra opción económica son los centros culturales o polideportivos de tu municipio o las escuelas oficiales.

•    Ten siempre presente que las actividades extraescolares deben ser libremente elegidas y su fin principal es distraer del estudio y divertir. 
Redacción: Lola García-Amado



Opinión personal:

Este artículo lo he encontrado en internet, en la página todopapás.com y me ha parecido interesante incluirlo en mi sección.

Pienso que las actividades extraescolares tienen una gran importancia en la educación de un niño/a porque es una forma de evadirse de la rutina de la clase y donde puede despejarse y divertirse al mismo tiempo que aprende. Estoy de acuerdo con Lola, la redactora del artículo, cuando afirma que es un gran error elegir las actividades extraescolares en función de las necesidades horarias de los padres y no de la conveniencia de los niños. Aunque también influye la situación laboral de la familia, los padres deben darse cuenta de que los niños están en la edad  en la que sienten la necesidad de jugar en todo momento y estas actividades son para ellos como una especie de juego. Deben hacer ese esfuerzo al menos por la educación  de su hijo/a.

Quizás los niños no saben que con las actividades extraescolares al mismo tiempo que se divierten también aprenden, y es así, afortunadamente. Los niños pueden adquirir capacidades como iniciativa, creatividad, compañerismo, imaginación, solidaridad… (como bien ha comentado Lola en el artículo) que les servirán para crecer académica y personalmente y prepararse para la vida adulta.

Claro está que el niño/a debe estar conforme con la actividad a la que se apunte, que le guste, que vaya con ganas, motivado y si no, pues buscarle otra con la que se motive más o buscar la manera de motivarlo.

Las actividades deportivas les ayudarán a mejorar sus habilidades físicas y a estar más sano físicamente, es uno de los hábitos saludables que nunca, repito, NUNCA debería perder una persona.

Las actividades intelectuales les ayudarán a desarrollar más su mente y sus conocimientos, a tener la mente siempre en movimiento, reflexionando y cuestionándose el porqué de las cosas.

Las actividades artísticas les ayudarán a fomentar la imaginación y la creatividad, algo que tampoco se debe perder nunca. No estoy totalmente de acuerdo en la manera de clasificar a los niños en las diferentes actividades artísticas, por ejemplo cuando dice que la música es una actividad idónea para niños maduros, exigentes, ordenados y meticulosos. Se puede dar el caso de que un niño que no tenga estas cualidades le guste la música, se le dé bien y nunca haya tenido la oportunidad de practicarla. Lo mismo pienso con las demás actividades artísticas, cada niño es un mundo y nadie sabe exactamente lo que pasa por sus cabezas, aunque nos imaginemos algo.

Para terminar quiero aclarar que las actividades no deben ser obligatorias, si son obligatorias el niño no irá motivado y no irá con el deseo de aprender y divertirse, que es de lo que se tratan. Recuerden que aprender es un derecho, no un deber, como ya comenté en el artículo de Paco Espadas.

Espero que les guste el artículo y que discutan mi opinión, no que la compartan....y no olviden que pueden dejar sus comentarios con sus opiniones. Un saludo blogueros


miércoles, 16 de mayo de 2012

Antes que dar de beber, hay que provocar sed...



En una reciente entrevista concedida a una publicación española especializada en temas educativos, el pedagogo francés Philipe Meirieu afirma, a propósito de los retos del sistema escolar del siglo XXI, que “no podemos contentarnos con dar de beber a quien tiene sed, sino que hay que dar sed a quienes no quieren beber”.

Se me antoja una perfecta metáfora para entender la esencia del aprendizaje – divina codicia de la especie humana por saber más y hacerlo mejor –, al tiempo que me invita a plantear un par de incógnitas relacionadas con ella: primera, ¿la enseñanza origina el aprendizaje? Segunda, ¿aprender es un deber o primordialmente un derecho?

Una respuesta afirmativa al primero de estos interrogantes contradiría el sentido común: que la enseñanza no causa necesariamente el aprendizaje lo demuestra que todos nosotros aprendimos a pesar de muchos (nefastos) maestros, que en más de una ocasión no logramos aprender nada de los que eran los mejores y que, en cambio, conservamos imborrables huellas de quienes en su día no fueron nominados al Oscar a la excelencia profesional. El aprendizaje no tiene progenitor conocido. En realidad, tiene mil padres: todos los que retan con problemas al aprendiz en lugar de transmitirle sólo respuestas; todos los que estimulan su curiosidad en vez de exigirle simples repeticiones; todos los que se preocupan por su proceso de aprender renunciando a juzgar sumarísimamente los resultados.

Sobre la segunda de las incógnitas arriba planteadas pienso, como Meirieu, que una sociedad moderna y avanzada necesita democratizar el éxito escolar, ocupándose sin exclusiones tanto de los sedientos como de los que se creen saciados, porque toda la ciudadanía tiene derecho a estar en condiciones de participar en la vida de su comunidad impulsando la prosperidad de ésta y gozando personalmente del reparto de sus beneficios.

Original publicado en 2006 en la revista Docudomia

Opinión personal:

Este es un artículo que ha colgado nuestro profesor de Didáctica en el Campus Virtual.

Me gusta mucho y estoy de acuerdo con la afirmación que hace Philipe Meirieu de que “no podemos contentarnos con dar de beber a quien tiene sed, sino que hay que dar sed a quienes no quieren beber” porque esa es precisamente la tarea del educador, el maestro no debe entrar en una clase y dedicarse tan sólo a enseñar, a llenar de conocimientos a los niños e irse para su casa tan tranquilo, ignorando a los que no tienen interés por aprender. El maestro debe buscar la manera de motivar a los alumnos y provocar en ellos el deseo de aprender, de saber más, de conocer… Claro está que no a todos los niños les gusta la escuela, de hecho a casi nadie, pero deben aprovechar la cantidad de tiempo que pasan ella. Si no es posible contentar a los niños con lo que siempre se ha hecho, con la obligación de estudiar un contenido concreto, en un tiempo concreto y en un lugar determinado con gente que ni siquiera sabemos si se relacionan bien, habrá que cambiar cosas, habrá que innovar… el maestro debe hacer todo lo que esté en su mano para que los niños aprendan, están ahí para eso. Se nota bastante cuándo un profesor tiene a su clase “enganchada” y cuándo no. Si seguimos dando de beber sólo a los que tienen sed siempre tendrán oportunidades los que tienen sed, los que por alguna razón están interesados en la escuela, y, en cambio, los que no tienen sed nunca tendrán esa oportunidad de aprender que les da la escuela, los maestros los excluimos con frases del tipo “si el niño no quiere estudiar no es mi problema” o “es imposible, no me hace caso”. Algo que veo una barbaridad, parece que se nos olvida cuál es nuestra profesión y que la escuela es, o debería ser, una escuela para todos, independientemente de que sea pública o privada.

En cuanto a la pregunta de si la enseñanza origina el aprendizaje  estoy de acuerdo con Paco Espadas en sus argumentos, no podía haber puesto mejores ejemplos, nuestra propia experiencia. La verdad es que tengo poco más que añadir, no siempre la enseñanza provoca aprendizaje, un maestro puede ser el mejor enseñando y el alumno no entender nada, no aprender lo que ha enseñado el maestro, pienso que eso depende de la capacidad de aprender del alumno y de la curiosidad que tenga en aprenderlo.

En cuanto a la segunda pregunta, pienso como Paco que aprender es un derecho, por todo lo que he comentado en el primer párrafo. Todos deben tener el derecho de aprender, tanto los sedientos como los que se creen saciados y hay que contar que no todos tienen el mismo ritmo de aprendizaje, eso la escuela y en general, los maestros deberían tenerlo más en cuenta y no “evaluar” como se hace actualmente.

Para terminar, una pregunta:

¿Acaso no tienen el mismo derecho a aprender un niño que ya sabe leer y otro que, por cualquier motivo, aún no sabe?

En mi opinión, la escuela dice que sí, pero en la práctica, en la realidad, dice que no, es decir, se contradice.